Hay muchas ciudades en el mundo que no dejan indiferente a ningún viajero. Pero además algunas de ellas tienen magia, hechizo, encanto. Por eso hoy hacemos la maleta para hacer un viaje a Estambul.
Con una cultura milenaria, una historia apasionante y una arquitectura monumental, la urbe más grande de Turquía y la tercera con mayor población de toda Europa se presenta como un verdadero y apasionante mundo por descubrir para el turista.
Estambul es la meza del caos oriental con la organización de occidente, una fusión perfecta entre el pasado y la modernidad, una amalgama de valores que conservan las raíces pero miran al futuro con afán innovador.
Con 9 millones de habitantes, por detrás de Moscú y Londres, Estambul presume de ser una megalópolis que ha sabido mantener sus costumbres.
La antigua Bizancio, denominada Constantinopla por los romanos, tiene una belleza exuberante que ha sido reconocida por la UNESCO, que declaró en 1985 varios de sus monumentos como Patrimonio de la Humanidad.
A medio camino entre Europa y Asis, esta urbe transcontinental es el perfecto nexo de unión, el puente idóneo entre dos formas de entender el mundo, entre dos culturas bien diferentes.
La ciudad está dividida en dos partes por El Bósforo, un estrecho que separa físicamente Asia de Europa y une el mar de Mármara con el mar Negro.
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