La mayor ciudad de Turquía es la capital económica y cultural del país. Se trata de una metrópoli repleta de vitalidad que concentra gran parte del interés turístico del país. Para todos aquellos que planeen sus viajes a Turquía, Estambul es un buen punto de partida.
Estambul es una ciudad de excesos, con múltiples aristas, colores, olores y sensaciones. Tantos como sus 12 millones de habitantes. tantos olores y sonidos como habitantes tiene. La antigua Bizancio destila esencias por los cuatro costados.
Entre los principales atractivos de la ciudad, hay que señalar el impresionante palacio imperial de Topkapi, que permite el acceso a las que fueron las cocinas más majestuosas del Imperio Otomano, y en donde hoy día se muestran algunas de colecciones de cerámicas y otros objetos únicos. Es el caso de los las cocinas, las más grandes de todo el Imperio Otomano, donde 800 personas preparaban comida a diario para 4.000 personas, además de medicamentos y afrodisíacos para el sultán. El espacio se ha adaptado para exponer parte del tesoro como la colección de porcelanas y otros utensilios relacionados con el arte de comer y beber. En Topkapi, el palacio imperial que custodia el acceso al Bósforo y al mar Negro, se puede visitar además su famoso harén.
En una visita a Turquía, es imprescindible conocer el citado Palacio y otras tres joyas, Santa Sofía, la Mezquita Azul y el Gran Bazar. Precisamente el Gran Bazar es otro de los lugares imprescindibles para tomar el pulso a Estambul. Hablamos de un lugar que resulta fascinante y donde se pueden localizar verdaderos tesoros a grandes precios. Este centro comercial cuenta con 22 puertas y prosigue siendo un lugar especial por el que pasear por sus callejuelas y buscar productos y objetos. Eso si, siempre es recomendable callejear.
Cruzando el puente Gálata, llegamos a la avenida de Istiklal, la más conocida de la ciudad, y la imagen de la Estambul contemporánea, con tiendas de las principales firmas internacionales. Por esta área cada fin de semana pasan más de 3 millones de personas atraídas por sus tiendas históricas, las franquicias de moda y las instituciones culturales que tienen su sede en Istiklal. Justo al otro lado del cuerno de oro también se encuentra también la torre Gálata, un mirador imprescindible y desde donde se obtienen algunas de las mejores vistas panorámicas de la urbe turca.
Desde hace diez años, la ciudad de Estambul llevó a cabo una apuesta decidida por el mundo del arte. Ello ha dado sus frutos y hoy esta ciudad se se ha convertido en un hervidero de propuestas artísticas que se pueden admirar en nuevos museos y galerías. La gran mayoría de ellos están localizados en el distrito de Beyoglu. El más conocido es Istanbul Modern, un museo que tiene como objetivo dar a conocer el patrimonio cultural turco en todas sus áreas. Hoy muestra sus colecciones en una sede diseñada por el famoso arquitecto Renzo Piano, a orillas del Bósforo. Otro espacio para la creación es Salt, una institución cultural que cuenta con dos sedes en la zona, una de ellas es un impresionante edificio otomano situado en plena avenida Istiklal donde se exhibe, crea e investiga alrededor del arte.
Una de las mejores actividades que se pueden realizar en la ciudad es navegar por las casi 30 kilómetros que mide el estrecho del Bósforo. Desde las embarcaciones que efectúan el trayecto se disfruta de las vistas sobre los palacios y castillos de las orillas tan bien como en un crucero de lujo. Durante el recorrido se atraviesan los dos puentes que cruzan el estrecho y se pueden admirar los más hermosos ‘yalis’, las famosas residencias de verano, hechas en madera y equipadas con un embarcadero, destinadas para disfrutar del relax y el campo durante la era otomana. Se contabilizan más de 600.
En definitiva, hay múltiples atractivos socio-culturales en la ciudad por antonomasia de Turquía. Se puede decir que hay infinidad de planes que hacer en esta urbe, por ello, cuanto más tiempo tengamos para disfrutar de la antigua Constantinopla, mucho mejor.