Turquía es uno de los países de todo el planeta que atesora más riqueza monumental y artística. Ese es el principal motivo por el que cada año millones de turistas decidan reservar sus viajes a Turquía para disfrutar de sus fabulosos atractivos. Si quieres saber ¿Cuáles son los mejores monumentos de Turquía?, sigue leyendo:
Santa Sofía: Reconocido mundialmente como uno de los edificios más bellos de todo el globo, Santa Sofía, es uno de los monumentos más conocidos de Estambul y de todo el país. Su volumen exterior está rodeado por los finos minaretes que fueron añadidos después de la conquista del Imperio Otomano y que le da su característica forma.Su interior está decorado con frescos, un recordatorio del gran poder de la antigua Constantinopla. Este monumento es imprescindible para todos los visitantes que llegan al país turco.
Capadocia: Tal vez el segundo destino más visitado de Turquía, las caprichosas formas de las rocas de la región de la Capadocia son el sueño de cualquier aficionado a la fotografía. Tanto los acantilados como las colinas de esta zona alberga centenares de pináculos de formas surrealistas que se han ido creando con el paso de los siglos por la acción de los elementos, viento y agua. Si no eres mucho de hacer rutas andando, la Capadoccia es uno de los mejores destinos del planeta para dar un paseo en globo aerostático. Enclavado en el paisaje se localizan varias iglesias con frescos de la época bizantina, cuando estaba bajo el poder cristiano.
Palacio de Topkapi: El Palacio de Topkapi es absolutamente impresionante y transporta al turista a la época de los sultanes. En la Era Otomana, desde este lugar, estas personalidades gobernaron un imperio que se extendería a lo largo de tres continentes, Europa, África y Asia.Su interior alberga un suelo de baldosas y sus paredes lujosa decoración con pedrería. Además, los jardines públicos que lo rodean están abiertos a los turistas y proporcionan un oasis verde en medio de la ciudad desde la que divisar la panorámica de Estambul.
Efeso: Uno de los destinos imprescindibles en Turquía son las archiconocidas ruinas de Éfeso, una urbe de monumentos gigantes y calles jalonadas de columnas de mármol. Éfeso es, tal vez, una de las ciudades de origen romano que mejor han resistido el paso del tiempo.Hablamos de un emplazamiento que nos transporta a la época del Imperio Romano.
Monasterio de Sumela: Construido en lo alto un enorme acantilado, el monasterio de Sumela, también conocido como Monasterio de la Virgen María, es el reclamo principal para los visitantes de esta zona de la costa del Mar Negro. Caminar por el complejo religioso abandonado es una experiencia inolvidable. Este monasterio abrió sus puertas durante la era bizantina y cerró en el año 1923.
Ani: Los inmuebles abandonados de la en otro tiempo capital turca de la Ruta de la Seda de se encuentran cerca de la frontera entre Armenia y Turquía. La época de auge tocó su fin en el siglo XIV tras las incursiones de los mongoles y otros desastres naturales, como un gran terremoto que arrasó casi toda la ciudad. El desvío de las rutas comerciales también propició su decadencia. Hoy en día los hermosos edificios de ladrillo rojo que todavía se conservan en mitad de la estepa de Anatolia, como la Iglesia del Redentor o la Iglesia de San Gregorio, resultan un lugar mágico para descubrir.
Pamukkale: Sin ningún género de dudas, hablamos de uno de los atractivos naturales más conocidos de todo el país turco. Las terrazas de travertino blanco de Pamukkale se asemejan a un campo de algodón en mitad de un entorno natural muy verde. Junto a ellas se elevan las ruinas de la ciudad de la antigua ciudad balneario de Hierapolis, dadas las propiedades curativas de las aguas. Se recomienda acudir al atardecer para tomar las mejores fotografías, ya que es el momento en que los travertinos brillan mientras el Sol se despide bajo el horizonte.