Durante estos próximos meses de verano es cuando llega la temporada alta de los viajes a Turquía. Son millones los turistas que arriban cada año a este país, ubicado a caballo entre Europa y Asia, ansiosos por descubrir sus principales atractivos. Por tal motivo siempre es recomendable tener muy presente qué es lo prioritario que se quiere visitar, organizar bien la ruta y tener toda la información de antemano para que conocer las principales atracciones y monumentos turísticos del país sea una experiencia que recordarás toda la vida. En caso contrario, el turista que llega a Turquía se expone a tener que aguardar largas colas y a la posibilidad de quedarse sin poder disfrutar de alguna de las maravillas que enriquecen Turquía.
Pamukkale
Comenzamos por una de las instantáneas que a todo el mundo le viene a la cabeza cuando piensa en el país otomano. Pamukkale significa «castillo de algodón»,hablamos de un paisaje de ensueño, surrealista, que se emplaza en la zona oeste del territorio turco. Es bien conocido en todo el mundo por sus terrazas blancas hechas de travertino, una roca sedimentaria depositada por el agua con un contenido mineral muy alto proporcionado por las aguas termales. Durante toda la historia millones de personas han pasado por aquí para sanarse en las aguas curativas. En efecto, la antigua ciudad griega de Hierápolis fue erigida sobre sus aguas termales bajo mandato de los reyes de Pérgamo. Actualmente puede visitarse las ruinas de los baños, templos y otros monumentos griegos en el lugar. De todos modos la inmensa mayoría solo viaja hasta aquí para bañarse en las sanadoras aguas y disfrutar de la excelencia del paisaje, que cobra un cariz especialmente bonito durante el ocaso del Sol.
Santa Sofía
Santa Sofía es, sin ningún género de dudas, la principal atracción turística de la ciudad más importante de Turquía, Estambul. Es por eso que muchos de los visitantes sólo conocen este monumento antes de comenzar su visita al país y es su principal reclamo. Símbolo universal de Turquía y de su historia multicultural, fue originalmente una basílica construida en honor del emperador del Imperio romano oriental durante el siglo VI. Se trata de una auténtica obra maestra de la ingeniería de los romanos, de hecho, su enorme cúpula fue durante más de diez siglos el espacio cerrado más grande de todo el planeta. Desde 1935 alberga un interesante museo aunque recientemente también se ha convertido en mezquita. Una visita imprescindible.
El Castillo de Bodrum
Se trata de uno de los principales monumentos históricos del país turco. Está emplazado en la ciudad del mismo nombre, en la zona sureste de la península de Anatolia y es considerado como una de las fortalezas mejor conservadas de la edad media de todo el planeta. Este castillo fue edificado por los cruzados, en su camino hacia la ciudad santa de Jerusalén, en los albores del siglo XV con el nombre de Castillo de San Pedro. Hoy en día es la sede del Museo de Arqueología Subacuática. Pero sus muros y torreones siguen impresionando a los visitantes
La biblioteca de Celso
Las ruinas de Éfeso son una atracción turística muy popular de la costa occidental de Turquía. En este sentido, la ciudad de Éfeso fue una vez muy famosa por poseer el Templo de Artemisa, considerado como una de las siete maravillas del mundo antiguo. Lamentablemente, el templo fue destruido por una turba enfurecida y organizada por el arzobispo de Constantinopla hace algunos siglos. En cualquier caso, su esplendor sigue siendo admirable en nuestros tiempos. Sobre todas las cosas de Éfeso resalta la Biblioteca de Celsus. Un lugar construido en el siglo 125 dC donde se almacenaban hasta 12.000 pergaminos y era utilizado como una tumba monumental para Celsus, el gobernador de toda la región. Su fachada frontal fue reconstruida bajo los cánones originales durante la década de 1970, recuperando parte de su esencia y esplendor.
La Capadocia
La Capadocia no es un monumento en sí mismo, se trata de una región o un espacio natural que es una de las principales maravillas que atesora Turquía y es bien conocida por sus surrealistas formaciones rocosa que son el resultado de miles de años bajo la acción de los elementos. Es un lugar único en el mundo. Donde más espectacular resulta el paisaje es en las cercanías de la localidad de Göreme, rodeada por un amplio abanico de conos de toba, también conocido como las chimeneas de las hadas. Son formaciones originadas, como decíamos, a partir de la erosión del viento y el agua. Como se trata de un material muy blando, el paso del tiempo y de los elementos naturales han vaciado muchas de estas formaciones, permitiendo la construcción de casas y templos en su interior. Lo mejor es reservar una visita en globo para contemplar los espectaculares paisajes desde las alturas, una de esas experiencias que hay que hacer al menos una vez en la vida.
Teatro Aspendos
Aspendos dispone de uno de los teatros antiguos mejor conservados de toda la época clásica antigua. Este teatro fue mandado construir en el año 155 d.C., por orden del emperador romano Marco Aurelio. En sus gradas había una capacidad de hasta 20.000 espectadores, todas ellas con su correspondiente asiento. La superficie del escenario de este teatro se empleó más adelante como una posada en la carretera, algo que lo deterioró enormemente. Afortunadamente, se ha llevado a cabo una profunda restauración, por lo que hoy el Teatro de Aspendos vuelve a lucir con todo su esplendor.