Turquía es un país que goza de unas condiciones idóneas para el turismo. Buen clima, gente amable y hospitalaria, una infraestructura turística de gran nivel y un impresionante patrimonio histórico-artístico hace que cada año sean más las personas que decidan realizar sus viajes a Turquía en cualquier época del año. Desde Eturquía hemos seleccionado algunas de las mejores experiencias que se pueden llevar a cabo durante su visita.
Volar en globo en la Capadocia
Volar en globo en la región de la Capadocia sin duda está entre las experiencias más destacadas que se pueden hacer en Turquía. Hayas o no hayas volado en globo antes, hacerlo en este lugar tiene una magia sin igual. Contemplar el amanecer con ese paisaje sobre tus pies, al tiempo que una multitud de globos vuelan al mismo tiempo, es un espectáculo inolvidable y que todo el mundo debería probar.
La Mezquita Azul
La denominada Mezquita Azul, se llama en realidad Mezquita Sultanahmed Camii y es la mezquita de mayor importancia de la ciudad más grande del país, Estambul. Posee 6 minaretes, más una cúpula de enormes dimensiones y que es ciertamente de gran belleza. Cuando se entra a la mezquita descubrimos el motivo de que sea llamada la mezquita azul. Mmás de 20 mil azulejos de color azul adornan toda la cúpula de la mezquita. Dentro hay vidrieras y lámparas colgantes de araña, el conjunto es espectacular.
Bien vale la pena contemplarla tanto por dentro como por fuera, incluso de noche, cuando se ilumina. Se encuentra localizada en la Plaza Sultanahment y la entrada es totalmente gratuita. La Mezquita Azul abre todos los días del año, pero ojo, hay que tener presente que cierra a los turistas durante los horarios de culto, así que hay que informarse bien para no tener que esperar o posponer la visita.
La magia de Santa Sofía
Ubicada muy cerca de la Mezquita Azul, de la que hablamos antes, es decir, en la zona de Sultanahmet, se emplaza la Santa Sofía, o como la denominan los turcos, Ayasofya. Fue levantado entre los años 532 y 537 y es la mayor obra maestra y el mejor exponente del arte bizantino. Resulta de gran curiosidad los diferentes usos que este edificio ha tenido a lo largo del tiempo. Primero fue una iglesia cristiana, más tarde fue una mezquita, momento en que se añadieron los 4 minaretes. Luego más tarde, en 1935, se transformó en un museo. Y recientemente ha vuelto a convertirse en mezquita. Es de mayor extensión que la Mezquita Azul, con una inmensa cúpula de 30 metros de diámetro,lo que unido a sus cuatro minaretes y a su emplazamiento en un punto elevado de la urbe, hace que forme parte de cualquier panorámica de Estambul.
Los travertinos en Pamukkale
Este lugar es una excentricidad de la naturaleza, un destino mágico de los más destacados que se pueden realizar en tu viaje por Turquía. Pamukkale significa en turco “castillo de algodón”, y al verlo es fácil entender el porqué. La zona posee aguas termales con un alto contenido en creta, un material que va sedimentando al pasar el agua, formando esas curiosas piscinas naturales llamadas travertinos y que atraen a tantos turistas.
Descubrir la Hierápolis en Pamukkale
Muy cerca de los travertinos que acabamos de mencionar, merece la pena acercarse a recorrer la Hierápolis de Pamukkale. Se trata de una antigua ciudad-balneario de origen romano. Destaca el magnífico teatro romano, muy bien conservado y desde el que se divisa una preciosa vista de todo el entorno. Además, ten en cuenta que la entrada a la Hierápolis está incluida en el mismo ticket y con el mismo precio que en el boleto a Pamukkale.