Si lo que están buscando es un lugar exótico para tus próximas vacaciones pero no quieres cruzarte medio planeta en un avión, en Eturquía, contamos con la mejor solución. En tres horas de vuelo llegas a en un país que está a caballo entre dos continentes: Turquía. De hecho, cada vez son más los turistas que programan sus viajes a Turquía, cualquier época del año es buena para visitar este país de ensueño.
Estambul
Nada más llegar a Estambul, la mayor ciudad del país, uno ya se da cuenta de que está ante una de las metrópolis que han marcado la historia del mundo. Podemos realizar rutas maravillosas, se trata de una ciudad apasionante, llena de vida. Sin duda alguna, es el punto de encuentro entre Oriente y Occidente y es por eso que casi todo el mundo la encuentra tan fascinante.
Paseando por sus calles y callejuelas encontrarás un sinfín de contrastes: enormes mezquitas, bares y restaurantes de lo más moderno y novedoso, la mítica plaza Taksim o la Torre Gálata, que preside su maravillosa bahía y el cuerno de oro. Y si quieres introducirte en otro mundo, no puedes perderte el Gran Bazar, tal vez el mayor mercado del mundo. Sus vendedores detectarán tu procedencia y seguro que saben arrancarte una sonrisa con alguna frase, refrán o dicho en tu idioma.
Y una visita a Estambul no estará completa hasta que no navegues por el río Bósforo. La mejor hora es al caer la tarde, que es cuando cobra un color especial.
Capadocia
Da igual cuántas veces hayas visto en Instagram o en cualquier otra red social una foto de los globos aerostáticos sobre volando Göreme, en la región turca de la Capadocia. Porque sin duda es uno de esos lugares imprescindibles para visitar en Turquía.
Göreme se conoce fundamentalmente por ser una ciudad ubicada entre formaciones rocosas que parecen salidas de otro planeta. Desde los cielos podrás divisar iglesias y monasterios que se han ido formando en las propias rocas. Se trata de uno de los paisajes más espectaculares de Turquía y de todo el mundo.
Pamukkale
Siguiendo nuestra ruta por Turquía, arribamos a la localidad de Pamukkale, ubicada en la provincia de Denizli. Este spa romano se nutre de unas aguas subterráneas tremendamente ricas en minerales que brotaron a raíz de una serie de terremotos que tuvieron lugar en la la zona.
Como consecuencia, se creó uno de los lugares más curiosos de ver en Turquía y que atrae cada año a miles de visitantes, Literalmente, Pamukkale significa ‘castillo de algodón’. Y el nombre no podría casa mejor por su color blanco gracias al bicarbonato de calcio del agua. No puedes olvidar el bañador entre los objetos a meter en tu maleta para los viajes a Turquía, en Pamukkale está permitido bañarse y es una de esas experiencias que no olvidarás, además saldrá con los huesos, piel y músculos como nuevos, gracias a las propiedades sanadoras de sus aguas.
Izmir
Un viaje a Turquía no quedaría del todo completo si no recorriéramos las calles y monumentos de la localidad de Esmirna. Es el mejor punto de partida para iniciar una ruta por la maravillosa costa del Mar Egeo.
Esmirna es una ciudad con el azul de la costa a un lado y el verde de las colinas al otro. En Kadifekale, una colina cercana, encontrarás las ruinas de la antigua fortaleza que protegía la ciudad. A apenas unos kilómetros de Esmirna se levantan las ruinas de Éfesos, otro imprescindible que visitar en Turquía que no te puedes perder.
Troya
Otro de los lugares mágicos que alberga este país. La ciudad de Troya, además de ser la protagonista de una de las batallas más famosas de la historia, es un lugar con mucha historia, derivada de su archiconocido Caballo de Troya, una estratagema de los griegos.
Aunque cabe señalar que no fue la única vez que los invasores asolaron la ciudad, ya que Troya fue destruida y reconstruida hasta 9 veces. Es un yacimiento arqueológico de gran valor y por eso la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad. Además, podrás presenciar una réplica del caballo de Troya.